Mi Experiencia en Nueva Zelanda: De la Pandemia a la Aventura 🌍✈️
En tiempos de pandemia, el mundo se detuvo y con él, mis planes y mi estabilidad. Trabajaba de manera remota desde casa 🏠, con un sueldo que apenas me alcanzaba para vivir sin la posibilidad de ahorrar. El encierro despertó en mí una inquietud: recorrer el mundo 🌎. Paradójicamente, en plena cuarentena, mi mente ya planeaba la manera de salir de Argentina 🇦🇷 en busca de nuevas experiencias.
Investigando opciones, encontré la Visa Working Holiday, una oportunidad perfecta para viajar y trabajar en el extranjero 💼. Mi primera elección fue Dinamarca, un destino atractivo para quienes buscan ahorrar dinero mientras exploran nuevos horizontes 🌍. Me preparé meticulosamente, cumplí con todos los requisitos, saqué mi pasaporte y esperé la fecha de aplicación. Sin embargo, la pandemia complicó las cosas y, finalmente, el gobierno danés canceló este tipo de visado. Mis planes de emigrar quedaron en pausa, pero sabía que, tarde o temprano, lo lograría.
Me hice una promesa: la primera visa que se habilite para mi pasaporte, la tomo y me voy. Y así fue como en 2023 llegué a Nueva Zelanda con la posibilidad de vivir y trabajar allí durante un año. 🌄
El Gran Salto 🚀
Para hacer realidad este viaje, tomé un préstamo 💳 para comprar los pasajes y tener un colchón económico hasta conseguir trabajo. Sabía que, con la moneda fuerte del país 💰, podría pagar la deuda sin problemas. Pero a medida que se acercaba la fecha de partida, el miedo se hizo presente 😬. Era mi primera vez saliendo de Argentina, no hablaba inglés y no conocía a nadie en Nueva Zelanda.
Buscando apoyo, empecé a contactar a otras personas que también habían obtenido la visa. Les escribí por Instagram 📲, armamos un grupo de WhatsApp y coordinamos viajar juntos. Finalmente, el día del vuelo, éramos unas 15 personas embarcándonos en la misma aventura ✈️, lo que me dio cierta tranquilidad.
Llegada a Auckland: Primeros Pasos y Primer Trabajo 💼
Al llegar a Auckland, nuestra primera parada fue un hostel donde pasamos aproximadamente un mes 🏨. La emoción de estar en un país nuevo hizo que la búsqueda de trabajo quedara en segundo plano: las primeras semanas fueron más de fiesta 🎉 que de otra cosa.
Sin embargo, cuando mi cuenta bancaria marcó 50 dólares 💸, supe que era momento de actuar. En cuestión de tres horas conseguí mi primer trabajo como lavaplatos 🍽️ en un restaurante del puerto. Durante tres meses, esa fue mi rutina. No solo aprendí sobre el trabajo, sino que mi inglés mejoró significativamente 🗣️. Pero cuando la zona de confort empezó a atraparme, decidí seguir explorando.
Queenstown: Trabajo, Naturaleza y Diversión 🏞️
Mi siguiente destino fue Queenstown, una ciudad rodeada de montañas 🏔️ y lagos 🏞️ que parece sacada de una postal. Allí conseguí mi segundo y último trabajo "fijo" en Nueva Zelanda: housekeeping en un hotel 🏨. Aunque a veces el trabajo era pesado, solo tenía que trabajar seis horas al día ⏰, y la paga semanal equivalía a un sueldo mensual en Argentina. Además, hice otros trabajos temporales que me permitieron disfrutar más del lugar.
El Final de una Etapa y el Inicio de Otra 🌅
Cuando la visa estaba por expirar, me encontré con una encrucijada: ¿regresar a casa o seguir viajando? La respuesta fue clara. Decidí darme un respiro y tomarme tres meses de vacaciones en Vietnam, donde viviría frente al mar 🌊 en un paraíso que terminó por convertirse en uno de mis lugares favoritos en el mundo.
Mi experiencia en Nueva Zelanda fue más que un viaje; fue un desafío personal que me demostró que, aunque el miedo siempre está presente, la clave está en dar el primer paso. Si estás pensando en una aventura similar, solo puedo decirte: hazlo. La vida remota y los viajes son posibles cuando diseñas tu propio camino. 🌟
No te pierdas mi próxima historia: Vietnam, mi refugio paradisíaco. 🏝️
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